Sin embargo, existe un ámbito en el que la capacitación es fundamental, independientemente de los factores previamente comentados. Me refiero al aprendizaje orgánico, es decir, a aquella capacitación que se enfoca en el núcleo del negocio para brindar sostenibilidad a la empresa, cautelar el know-how y fortalecer los procesos, políticas y la cultura organizacional.
En tiempos de incertidumbre y dificultades económicas, la capacitación orgánica puede ser una inversión esencial para asegurar la supervivencia y el éxito a largo plazo de una empresa, por lo que es importante fomentar este tipo de capacitación para que las empresas puedan adaptarse a los cambios del mercado y mantenerse en constante evolución.
Cuando necesitamos consolidar nuestros procesos, alinear nuestras estaciones de producción o gestionar el conocimiento sobre la empresa entre los trabajadores, invertimos grandes cantidades de dinero, esfuerzo y horas hombre, sin ser realmente conscientes de ello. En la natural vorágine de rotación y reposición de talentos, fugan recursos que se traducen en ineficiencia al no estar debidamente presupuestados y planificados.
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